Tendencias para el día de San Valentín

Se acerca el Día de San Valentín, una fecha para expresar de forma especial y diferente en los pequeños gestos diarios los sentimientos a los seres queridos, no solo a la pareja, también a los miembros de la familia o, incluso, los amigos.

Las flores son un regalo clásico y atemporal. Se estima que el 30 – 40% de los compradores se decantan por regalar flores el 14 de febrero, siendo las rosas rojas las más populares con una representatividad del 70% en el volumen total de rosas vendidas en esta festividad, seguidas de las rosas blancas y rosadas.

La diversidad se impone en las tendencias florales de este año en el día dedicado al amor, desde ramos tradicionales hasta ramos silvestres.

También, los ramos de flores preservadas son de los más demandados por su fácil mantenimiento.

En cuanto al color, frente a los colores neutros y suaves predominantes en 2021, los tonos vivos y vibrantes están de moda en 2022, con espacio aún para colores más claros para aportar equilibrio a las composiciones florales.

En el extremo opuesto se encuentran los tonos naturales que transmiten una sensación de serenidad y tranquilidad como el azul, el rosa empolvado y el verde terroso.

En este sentido, es tendencia la paleta de tonalidades terrosas, como el color café, naranjas intensos y amarillos suaves, inspirados en elementos naturales como dunas de arena, bosques frondosos y cultivos.

La personalización se presenta un año más como un extra al complementar los ramos con materiales y adornos como plumas, corazones o combinar flores únicas y originales.

Por otra parte, las plantas se están afianzando como regalo de San Valentín debido a su duración y versatilidad.

El Philodendron Gloriosum es una auténtica joya como planta de interior gracias a su belleza tropical.

Se caracteriza por un romántico rasgo como es la forma de corazón de sus grandes hojas, que también destacan por su tonalidad verde oscuro, sus bordes en color rosa o crema, sus vetas blancas y su superficie aterciopelada.

Pueden llegar a alcanzar un tamaño de 90 centímetros en su hábitat natural, siendo esta planta nativa de Colombia.
Su atractivo follaje le hace una planta enredadera muy llamativa y le aporta un gran valor ornamental.

Además, el cuidado de esta planta es relativamente sencillo reproduciendo las condiciones de su entorno natural.

Para su crecimiento se recomienda elegir un lugar donde reciba la luz solar indirecta, se encuentre a temperatura ambiente evitando los cambios causados, por ejemplo, por la calefacción o las corrientes de aire, y el riego moderado, es decir, la cantidad necesaria de agua para que no se seque, pero sin que acumule demasiada humedad. En este sentido, un buen consejo es esperar hasta que los primeros centímetros de la tierra estén secos para regar la planta.